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6 de febrero de 2023

Salud mental y cáncer: dos dimensiones inseparables

4 De febrero Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer

En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer (4 de febrero), nos detenemos a reflexionar en cómo afecta esta enfermedad a la salud mental de quien la padece, a la de sus familias y qué herramientas utilizar para apoyar a una persona que esta enfrentando o que superó el diagnóstico.

Considerando que el cáncer afecta no solamente al cuerpo, sino también a la mente y que muchas personas pueden experimentar cambios significativos en su salud emocional, sintiendo en ocasiones ansiedad, angustia, depresión, entre otras sensaciones; Le preguntamos a la psicóloga clínica Constanza Meneses cofundadora Del Centro Integral de Salud Ventura, ¿Cómo ayudar a los pacientes y a los sobrevivientes del cáncer a mantenerse mental y emocionalmente sanos?, Meneses destacó lo siguiente, “son diversas las formas de ayuda, pero quisiera mencionar puntos claves que deberíamos manejar. Primero: es fundamental que a la persona que está pasando por este proceso se le permita el espacio de hablar y controlar el positivismo tóxico; me refiero a permitirles estar mal, tener pena, tener un mal día es normal y no le hará caer en una depresión gigante, sino que le permitirá validar y verbalizar sus emociones. Otro consejo es acompañarle en el proceso de hablar sobre sus miedos, donde aparece generalmente el tema de la muerte, la preocupación de dejar a otros, permitirle este espacio de contención emocional sin pactos de silencio ni cohibiéndole”.

Agregó que “otro punto relevante, es tener la empatía suficiente y entender que a nivel social se generarán cambios en la persona afectada, brechas importantes según cada tratamiento, este individuo probablemente vivirá mucha rabia y malestar, incluso un duelo anticipado que conlleva la ira, la negación, la depresión, aceptación y la negociación. No se viven de la misma manera estas etapas en todos los seres humanos, siendo clave dar el espacio y reconocer en qué fase está la persona y desde ahí acompañarle. Lo más importante es entender que cada individuo tiene su propio proceso, dependerá de su historia, de si es primera vez que le sucede, de su rol familiar. Son muchos los factores, pero lo que está claro, es que somos diferentes unos de otros y por ende, los tiempos de cada persona son desiguales. Debe ser respetado el derecho a vivir su diagnóstico como lo va sintiendo”.

Sobrevivir al cáncer tiene aspectos físicos, emocionales, mentales y sociales. La enfermedad además de afectar a la persona que la padece, estremece profundamente a su entorno significativo. Aparecen los miedos, incertidumbres, las inseguridades, además de la preocupación económica que significa en cada núcleo.

Ante lo anterior, Francisca Bravo médica psiquiatra infanto-juvenil del Hospital Del Salvador, se refirió a los riesgos en la salud mental de los integrantes de las familias, cuando uno/a es diagnosticado/a con cáncer, “las dificultades emocionales que significan tener un hijo, una madre o una hermana con cáncer, hace necesario que el entorno más cercano requiera acompañamiento. Socialmente el tratamiento es muy visible, todos hablan del tema y hay muchos mitos sobre qué hacer y qué no. Se estableció este discurso que es con muy buenas intenciones pero que a la larga genera un mal efecto, que tiene que ver con “ustedes tienen que ser muy fuertes”, “son héroes” “son las personas más fuertes que hay”, y no le dan al afectado el espacio necesario para conectarse con el dolor emocional que significa que alguno de tus familiares o el mismo se sienta en amenaza de muerte”.

Recalcó la importancia que tiene el seguimiento psicológico de las familias una vez superada la enfermedad, “las familias suelen reexperimentar la angustia de perder a sus seres queridos en etapas posteriores de la vida, queda un pequeño trauma y miedo a la perdida. Es necesario muchas veces incorporar a los hermanos y hermanas al acompañamiento psicológico, por ejemplo, la enfermedad del ser querido es superada y los hermanos, que a raíz de la enfermedad estuvieron más ausentes, comienzan con síntomas de lo que vivieron, de angustia, miedo o depresión».

Al menos el 80% de las niñas, niños o adolescentes con cáncer presentan alguna comorbilidad de salud mental

Cerca de un 80% de las niñas, niños o adolescentes que cursan un diagnóstico oncológico presentan alguna comorbilidad de salud mental, por ello se vuelve fundamental tener incorporado dentro de los equipos médicos, expertos en salud mental.

Ante lo anterior, la médico Psiquiatra Francisca Bravo, explicó que las enfermedades más frecuentes asociadas al tratamiento del cáncer en los jóvenes, son trastornos de la esfera de la ansiedad o algún episodio depresivo derivado de diversos factores, entre ellos la fragilidad del cuerpo y el aislamiento.

Bravo manifestó que “las personas pierden su funcionalidad normal del día a día, los tratamientos oncológicos muchas veces les significa a los niños o niñas no ir al colegio, estar hospitalizado, no ver a sus amigos , es como un alto en su vida”.

Finalizó puntualizando que, “cuando hay altos niveles de estrés que no son manejados, empeora  o es más difícil el tratamiento oncológico, así como el manejo del dolor, porque la afectación de la psiquis está ligada necesariamente a la afectación del cuerpo”.